¿Qué es la descarboxilación?
La descarboxilación es una reacción química que ocurre cuando el cannabis se expone al calor, transformando los cannabinoides presentes en su forma ácida (como el THCA y el CBDA) en sus variantes activas: THC y CBD. Sin este paso, la marihuana cruda apenas contiene THC, el compuesto responsable del efecto psicoactivo, y el CBD no es fácilmente absorbido por el organismo.Por ejemplo, un cogollo recién cosechado con “20% de THC” en realidad contiene principalmente THCA, que no produce efectos psicoactivos. Solo al aplicar calor —ya sea al fumar, vaporizar o cocinar— se convierte en THC, permitiendo experimentar los efectos característicos del cannabis.
¿Por qué es importante descarboxilar?
- Activación de cannabinoides: Solo tras la descarboxilación, el THC y el CBD están disponibles en su forma activa, permitiendo que el cuerpo los absorba y aproveche plenamente sus efectos.
- Potencia y eficacia: Sin este proceso, los comestibles y extractos tendrían un efecto muy limitado, ya que el sistema digestivo no convierte eficientemente los ácidos en sus formas activas.
- Mejora de la biodisponibilidad: El CBD activo es mucho más biodisponible, es decir, el cuerpo lo absorbe y utiliza con mayor eficacia, lo que incrementa los beneficios terapéuticos de la planta.
- Calidad y seguridad: El calor también ayuda a eliminar posibles bacterias y moho, mejorando la calidad del producto final.
¿Cómo se descarboxila la marihuana en casa?
Existen varios métodos para descarboxilar cannabis, cada uno con sus ventajas y consideraciones.
1. Horno tradicional
Es el método más popular y sencillo:
- Precalienta el horno a 110–120°C.
- Tritura la marihuana de forma homogénea.
- Extiende el material sobre una bandeja forrada con papel de horno.
- Hornea durante 35–45 minutos. Si es cannabis muy fresco, puede requerir algo más de tiempo.
- Deja enfriar y almacena en un recipiente hermético.
Evita temperaturas superiores a 130°C para no degradar los cannabinoides ni perder terpenos, los compuestos responsables del aroma y sabor.
2. Microondas
Método rápido pero menos preciso:
- Coloca la marihuana triturada en una capa fina sobre un plato.
- Calienta en el microondas a potencia media durante 3 minutos.
- Verifica el color (debe tornarse marrón dorado) y repite si es necesario, siempre vigilando para evitar sobrecalentamientos.
3. Baño María o Sous-vide
Ideal para quienes buscan preservar al máximo los terpenos y evitar olores intensos:
- Introduce la marihuana en una bolsa hermética apta para calor.
- Sumerge la bolsa en agua a 95–100°C durante una hora.
- Este método reduce el riesgo de sobrecalentamiento y pérdida de compuestos volátiles.
4. Descarboxilación natural
Con el tiempo, el cannabis se descarboxila de forma espontánea, pero este proceso puede tardar meses o años y es poco predecible, por lo que rara vez se utiliza.
Consejos y consideraciones
- Molienda: Tritura la marihuana de manera homogénea pero sin pulverizar, para evitar que se queme y pierda calidad.
- Control de temperatura: Un exceso de calor puede destruir cannabinoides y terpenos, mientras que un calor insuficiente dejará el proceso incompleto.
- Ventilación: El proceso genera olores intensos, así que ventila bien el área o elige un método más discreto como el sous-vide.
En resumen
La descarboxilación es el secreto para liberar todo el potencial del cannabis, tanto en términos de efectos psicoactivos como de beneficios terapéuticos. Ya sea que prepares comestibles, aceites o extractos, este paso es imprescindible para obtener productos efectivos y de calidad. Con unos pocos materiales y algo de paciencia, cualquiera puede realizar este proceso en casa y disfrutar de una experiencia cannábica mucho más completa y satisfactoria